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Reporte 2013: El gobierno de Obama y la prensa | 1ra. Parte

Reporte 2013: El gobierno de Obama y la prensa  | 1ra. Parte

El Gobierno de Obama y la Prensa: Reporte del Committee to Protect Journalists

El Presidente de Estados Unidos Barack Obama llegó al gobierno prometiendo transparencia, pero no ha cumplido con su palabra. Periodistas y activistas en defensa de la transparencia afirman que la Casa Blanca limita la divulgación de información y despliega a sus propios medios para evadir el escrutinio de la prensa. El agresivo procesamiento de informantes de material clasificado y una vigilancia electrónica generalizada está disuadiendo a las fuentes gubernamentales de hablar con los periodistas. Un informe especial del CPJ por Leonard Downie Jr. con investigación de Sara Rafsky.

Barack Obama y Devol Patric durante un rally en Boston. (www.gjrichardson.com)
 
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Publicado el 10 de octubre de 2013

En Washington, durante la administración del Presidente Obama, los funcionarios de gobierno tienen cada vez más temor de hablar con los medios. Los sospechosos de conversar con periodistas acerca de cualquier asunto que el gobierno haya clasificado como secreto son objeto de investigación, e inclusive de pruebas de polígrafo y el escrutinio de los datos de sus teléfonos y correos electrónicos. Un "Programa contra Amenazas Internas" que se está poniendo en marcha en cada departamento gubernamental les ordena a todos los empleados federales que vigilen el comportamiento de sus colegas para ayudar a prevenir filtraciones de información.

Desde 2009, seis empleados gubernamentales --además de dos contratistas, entre ellos Edward Snowden-- han sido objeto de procesos penales por delitos graves de conformidad con lo previsto por la Ley sobre Espionaje de 1917 por filtrar información clasificada a los medios, comparado con un total de tres en todos los períodos presidenciales anteriores en la historia de Estados Unidos. Ello sin contar que se han iniciado otras investigaciones penales en torno a filtraciones de información. En dos de esas investigaciones, el gobierno solicitó y confiscó de manera secreta los correos electrónicos y el registro de llamadas telefónicas de los periodistas.

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En una declaración jurada vinculada a una de esas peticiones, un reportero de la cadena Fox News fue acusado de ser "cómplice, instigador y/o conspirador" de una persona procesada por filtrar información, lo que coloca al periodista en riesgo de ser objeto de un proceso penal por su trabajo periodístico. En otro caso, a un reportero del New York Times se le ha ordenado testificar contra una persona procesada por filtrar información y corre riesgo de ir a la cárcel.

Multiplicando las preocupaciones de los periodistas y los funcionarios gubernamentales con quienes entran en contacto, los artículos periodísticos basados en documentos clasificados obtenidos de Snowden han revelado masivas actividades de vigilancia de los teléfonos y correos electrónicos de los estadounidenses por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés).

Numerosos periodistas que trabajan en Washington explicaron que los funcionarios están renuentes a siquiera conversar con ellos sobre información no clasificada porque temen que las investigaciones en torno a las filtraciones y la vigilancia de los organismos gubernamentales dificulte aún más que los periodistas puedan ofrecer la protección de la fuentes.

"Me preocupa llamar a alguien porque ese contacto puede ser descubierto mediante una revisión de los registros telefónicos o los correos electrónicos", afirmó R. Jeffrey Smith, veterano periodista y experto en temas sobre seguridad nacional que trabaja en el Centro para la Integridad Pública (Center for Public Integrity). "Ello deja un rastro digital que facilita que el gobierno vigile esos contactos".

"Considero que tenemos un verdadero problema", expresó Scott Shane, reportero de la fuente de seguridad nacional del New York Times. "Esos procesos penales por filtrar información disuaden a la mayoría de las personas. Tienen mucho miedo. Existe una zona gris entre la información clasificada y la no clasificada, y la mayoría de las fuentes estaban en esa zona. Las fuentes ahora tienen miedo de entrar en la zona gris, tiene un efecto disuasivo. Si tenemos en cuenta que la cobertura informativa exhaustiva de las actividades de gobierno es uno de los pilares de la democracia estadounidense, la balanza se inclina en forma significativa a favor del gobierno".

Al mismo tiempo, según confiaron los periodistas, los voceros gubernamentales a menudo no responden las solicitudes de los periodistas o son hostiles, inclusive cuando los reporteros han sido remitidos a esos propios voceros por funcionarios que no quieren dar declaraciones. A pesar de las repetidas promesas del presidente Barack Obama en el sentido de que su administración sería la de mayor apertura y transparencia en la historia de Estados Unidos, los periodistas y activistas en cuestiones de transparencia gubernamental afirman estar decepcionados por el progreso de esta administración en facilitar el acceso a la información que necesitan.

"Esta es la administración más cerrada y obsesionada por controlar la información que yo haya cubierto jamás", señaló David Sanger, veterano corresponsal del New York Times en Washington. (Continuara)

 

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Editor: George Richardson